8 de mayo de 2014

Es necesario aprender a escuchar para lograr comprender la visión del mundo de los niños y niñas.



Los niños y niñas tienen derecho a opinar y a ser escuchados como medio de reconocimiento de su ciudadanía, en las decisiones que los adultos toman a nivel institucional (familia – escuela –sociedad-comunidad) en el caso de aquellos procedimientos que les afecten.


Enviamos un mensaje a los niños y niñas del mundo que están sufriendo, que están siendo víctimas de la guerra en otros países del mundo: “…Les enviamos un abrazo gigante y un beso desde lo más profundo de nuestro corazón. No pierdan la esperanza de lograr la paz, los niños y niñas no tienen nada que ver en la guerra de los adultos”. –Los gobiernos y grupos en conflicto tienen que tomar conciencia de que las familias sufren, por lo único que tienen que luchar es por lograr la paz.  (Juan Córdoba, Eduar y Jhonatan Roa – niños del programa infancia y familia de Chigorodó). 


¿Estaremos los adultos en condiciones de darles voz a los niños y niñas, de escucharlos y de respetar su voluntad?  


·         En la familia somos escuchados a veces por nuestros padres: No nos escuchan cuando no decimos cosas importantes para ellos.  Sentimos que nos escuchan sobre todo cuando les comunicamos nuestras necesidades: útiles escolares, uniformes, vestido, ayuda en las tareas escolares, un computador para consultar las tareas, entre otros. Cuando pedimos, a veces sí y a veces no nos atienden, siempre nos piden plazos.

·         En la escuela somos escuchados si después de haber pedido la palabra nos la da el profesor. Nos sentimos escuchados y reconocidos cuando estamos en peligro y los compañeros piden ayuda. -No nos sentimos escuchados por el personal administrativo (ellos no están formados para escuchar), sobre todo cuando no tenemos profesor en el aula, cuando queremos comunicar una queja o  esperamos que alguien nos autoricen ir a casa.  Los funcionarios se nos muestran muy ocupados, simulan hablar por celular y no nos prestan atención, nos ignoran.   –Sabemos bien que nos escuchan aquellas personas con las que tenemos diferencias, aquellos que no nos quieren. Si estamos en peligro no nos defenderán, serán indiferentes.




·         -En las calles, en la comunidad, en la cuadra y la vecindad: A veces los adultos nos escuchan, al menos nos responden un saludo, cuando nos conocemos, de lo contrario no.  Algunos adultos escuchan a los niños y niñas si están en peligro… “(…) el año pasado el papá y el niño fueron al colegio a recibir las calificaciones, el niño perdió ocho materias, al salir del colegio, el papá le pegó al niño puños y patadas, encontró tirado un neumático de bicicleta, lo cogió y lo golpeó. El niño gripo y pidió ayuda a un adulto que pasaba, éste le dijo al padre: No le pegue al niño en la calle, cálmese usted y hable con él en su casa… el padre dejó de golpear al niño.” (Relato de Eduar Enrique, mayo de 2014).








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